¿Se puede crear agua de la nada? | iAgua

2022-08-19 21:58:39 By : Ms. yajie zhang

El Santo Grial de la gestión del agua sería la posibilidad de crear este recurso desde la nada. Una invención de estas características supondría una auténtica revolución, algo que permitiría garantizar las demandas de toda la humanidad. Sin embargo, ¿un invento así sería posible?

La molécula del agua está compuesta de oxígeno (O) e hidrógeno (H). Para unir estos dos átomos sería necesaria una gran descarga de energía (hidrólisis), que podría conllevar un importante riesgo de explotación, al ser dos moléculas altamennte inflamables. Por lo tanto, el proceso, que en la teoría parece posible, sería muy complicado poderse llevar a cabo. 

La Agencia Espacial Europea activó en 2009 el proyecto MELiSSA, enfocado para generar alimento y otros recursos de manera natural en el espacio. La iniciativa pretende crear un ciclo ecológico cerrado, que se dividiría en cinco reactores distintos.

El proyecto MELiSSA busca la creación de un ciclo ecológico cerrado para garantizar el abastecimiento en entornos aislados

El primero de ellos serviría para recoger todos los residuos generados en el sistema como las heces, orina, papel, vegetales no comestibles, entre otros. Se transformaría estos residuos en amonio y ácidos grasos mediante una transformación anaerobia termofílica. En este sentido, los compartimentos 2 y 3 servirían para convertir los residuos en fuentes de carbono inorgánico y transformar el amonio en nitrato.

El cuarto compartimento es el que transformaría el CO2, generaría biomasa comestible y permitiría recuperar el agua procedente de la orina. En este apartado, existirían bacterias como la Arthrospira platensis que producirían oxígeno y agua, completando así el ciclo.

Fases en las que se divide el proyecto MELiSSA. Fuente: Agencia Espacial Europea

Todo este procedimiento permitiría el autoabastecimiento de los productos necesarios para vivir en condiciones extremas de aislamiento. Sin embargo, este proceso no inventa nada sino que transforma lo que ya hemos utilizado. Parece pues, que la creación del agua desde cero parece algo complicado, por no decir imposible.

Todos los caminos conducen a la reutilización

Viendo iniciativas como el proyecto MELiSSA nos damos cuenta de que no existe actualmente ninguna tecnología que sirva para crear el agua desde la nada. El futuro, por lo tanto, apunta a potenciar el uso del agua regenerada. Hasta la fecha, este recurso se ha utilizado para usos no consumativos como el riego agrícola, la industria, los usos ambientales, los usos lúdicos y los usos municipales. Aún no se ha traspasado la barrera y las reticencias de destinar este recurso para el abastecimiento doméstico.

El agua regenerada debe superar fronteras y reticencias y erigirse como una solución estructural para incrementar la garantía del abastecimiento urbano

En Cataluña precisamente se está trabajando en esta línea. Con agua regenerada procedente de la depuradora del Llobregat, se impulsaría el recurso a través de una tubería unos kilómetros río arriba para liberarlo en el río. De este modo, se incrementaría el caudal circulante del Llobregat en su tramo final y se dispondría así de más agua para ser potabilizada posteriormente.

Esta solución se contempla en la actualidad como una de las soluciones para llevar a cabo en época de sequía (cuando los embalses estén al 25%), pero se está llevando a cabo un exhaustivo proceso de demostración para determinar si la medida se puede aplicar de un modo más continuado.

Precisamente hoy viernes 17 de noviembre de 2017, La Razón publica una noticia sobre el riego inteligente en las ciudades. La pieza recoge una entrevista a Manuel Cermerón de Suez Advanced Solutions Spain, el cual asegura que "el agua que sale de la depuradora del Llobregat es mejor que la que baja por el río".  

California, que también es una región condicionada por un clima mediterráneo como el este peninsular, también se está planteando destinar el agua regenerada para el consumo urbano. Se argumenta que de este modo se reaprovecharían millones de litros de agua que acaban desembocando en el mar. El canal CNN publicó hace un par de años una noticia "From toilet to tap" (del lavabo al grifo) que analiza la incorporación del agua regenerada para el consumo doméstico. 

Hace unos meses publiqué un post sobre las tecnologías focalizadas en capturar el agua de la niebla. Parece que esta es otra de las opciones con más futuro para disponer de más agua, y además de un modo sostenible. Empresas como Zero Mass Water han llevado a cabo proyectos que permiten capturar, a través de una serie de paneles, la humedad de la atmosfera. A partir de aquí, el agua que se va acumulando pasa por un proceso de purificación y, finalmente, se le añade calcio y magnesio para que sea apta para el consumo humano. Aunque parezca una tecnología cara, el proyecto se ha diseñado para que funcione con energía solar.

Otras compañías como Warka Water también han desarrollado tecnologías muy apropiadas para países con escasedad de agua como Etiopía, que también se basan en un sistema destinado a recolectar el agua de la niebla. A través de una torre que está diseñada para este propósito, se dispone de paneles solares que sirven para dotar de energía la población de la zona para usos eléctricos reducidos (recarga de teléfonos móviles). 

El ingeniero Gustaf Olsson aseguró hace unos cinco años en una entrevista en La Vanguardia que "estamos bebiendo los orines de nuestros antepasados" y que también "consumimos el agua que ya bebió Julio César". Por lo tanto, siempre nos nudrimos del mismo recurso, que pasa por distintas metamorfosis. Queda patente pues, que la cantidad de agua existente para consumo humano es siempre la misma, la cual pasa por distintas fases y procesos, que le cambian el estado. Podríamos incluso decir que el agua es inmortal, que se transforma pero que no desaparece. 

Podría ser que el agua fuera inmortal, que siempre dispusíeramos de la misma y que únicamente cambiara de estado y de ubicación

Por lo tanto, volviendo al inicio de este post, parece poco probable que el agua se pueda inventar de cero y que toda innovación pasa por reaprovechar el recurso que hasta la actualidad no sabemos reaprovechar. Precisamente la reutilización no deja de ser un proceso para tratar el agua, desinfectarla y reaprovecharla después de haberla utilizado. En lo que respecta a la captura de la humedad también es agua ya existente que ha pasado de un estado líquido a gasoso. En este sentido, estas tecnologías nos permiten recuperar un recurso que hasta ahora no se aprovecha.